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EL CLUB DEL CONVENIO

Estoy en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Recupero una definición de este concepto procedente de un autodenominado portal catolico que cuenta con la aprobación eclesiástica:
"El matrimonio está formado por la alianza por la cual el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole. Para una pareja bautizada, este contrato ha sido elevado por Cristo a la dignidad de Sacramento.
Los contratos [civiles] establecidos por acuerdo común de dos partes pueden ser alterados o rescindidos cuando ambas partes estén de acuerdo. Pero en el matrimonio (observo que no lo llaman matrimonio católico ni cristiano sino matrimonio a secas) hay tres participantes, y el tercer participante es el que decide absolutamente. (El tercero es obviamente Dios. Ah, por aquello de que lo que Dios ha unido...) La Iglesia Católica tiene el derecho de establecer leyes respecto a la validez del matrimonio porque para los católicos, el matrimonio es un convenio, pero también un sacramento."
Y "sólo la Iglesia Católica tiene la jurisdicción sobre los matrimonios, dejando a la competencia de la autoridad civil lo referente a los efectos meramente civiles. Nadie más tiene el poder o la autoridad para cambiar las leyes eclesiásticas".
Por lo tanto, las personas del mismo sexo agrupadas de dos en dos quedan absolutamente excluidas del sacramento, al igual que otras combinaciones igualmente aberrantes aunque de comprobación más difícil.
¿Por qué no separamos totalmente ambos ingredientes? del mismo modo que no puede haber matrimonio sin sacramento, que no pueda regalarse el convenio al comprar el sacramento. ¿Y si los que no somos católicos pasásemos del sacramento y nos quedásemos con la mejor parte, que es el convenio? Desde luego un convenio que legalmente tuviese el mismo valor que el cóctel convenio + sacramento (porque para ir más allá aun lo tendríamos más difícil)... y ya puestos, por qué vamos a luchar o pronunciarnos siquiera a favor de los convenios civiles (la fiesta podemos hacerla igualmente, incluso podemos seguirle llamando boda) de dos personas independientemente de su??? condición?, naturaleza?, preferencias sexuales? cuando podríamos aprovechar para dar un pasito más y no poner la frontera en dos?
Cada día encuentro más absurdo que dos o tres, o cuatro personas, o las que sean, no puedan llegar a un acuerdo (temporal o indefinido, como los contratos de trabajo) por el cual se comprometan a compartir casa, cuidarse los unos a los otros, etc, independientemente de quién folle con quién. Que lo hacen, genial. Que no, pues allá vidas. Que unos días sí y otros no, pues como en la mayoría de las casas.
Sé lo que dirían los que están en contra: ¿y los niños? ¿de quién serían? ¿qué sería de ellos? aunque todo marchase muy bien, entre gente muy civilizada, ¿y si hubiese una ruptura? si ya es difícil entre dos, imagínense entre más de dos... Pues a los niños no los cuida la ley, los cuidan las personas; lo único que las leyes hacen por ellos es que determinados comportamientos se consideren delitos pero no los evitan.
Todo esto me parece tan obvio como lo fue la igualdad de derechos entre hombres y mujeres... vaya, que patinazo.
Hasta ahora me he referido a los que no somos católicos, pero, ¿y los católicos que quieran que su sacramento les permita validar ante Dios su convenio con una persona de su mismo sexo? Pues que muevan el culo y que cambien su iglesia o que se pasen a nuestro club.