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laignoranciaesmuyatrevida

NAVIDAD, HEY!

No pruebo el turrón ni ningún otro de esos sobre-endulzados postres inventados apresuradamente para la ocasión. No decoro la casa habitualmente, aunque creo que el próximo año se encargará de hacerlo mi hijo, que ya tendrá cinco años. No envío postales porque los sellos me parecen el artículo más difícil de comprar y de usar. Hace años que no creo en los Reyes (en Papá Noel nunca he creído porque todavía no se había inventado en mi tierra cuando era pequeño).
Pero me encanta la Navidad porque… por mil motivos: disfruto planificando comidas pantagruélicas con mi padre y llevándolas a cabo con mi madre, eligiendo regalos para todo el mundo, desde luego siempre a última hora, incumpliendo con indolencia los propósitos más firmes del año anterior. Me gusta desear un año feliz a todo el mundo, del mismo modo que el resto del año disfruto deseando un feliz día o fin de semana a las personas con las que simplemente cruzo unas palabras… en fin, mi amigo Óscar dice que los detractores de la Navidad sólo se acuerdan de que hay que evitar el consumismo en estas fechas. Y qué hay de los otros 350 días del año? También compartimos la idea de que la abundancia de buenos deseos hacia los demás nunca está en exceso. Pero incluso para los que más protestan, prefiero que lo hagan contra la Navidad que contra el vecino de al lado.
Larga vida a la Navidad…
…y moderación en las rebajas!

1 comentario

Martin Pawley -

Evidentemente, subscribo todas y cada una de esas palabras.